Las manifestaciones de violencia que rodearon los días previos, condicionaron la celebración del banderazo. Esta vez, todo transitó por carriles distintos a los habituales en el estadio de Newells, antes del clásico. Todo fue más breve, más temprano, para tratar de esquivar posibles incidentes y el mal clima aportó además para que la convocatoria no fuera la habitual.


